Más allá de evaluar: El arte de liderar a través del feedback

En un entorno donde la fidelización del talento se ha vuelto una prioridad estratégica, la retroalimentación ha dejado de ser un momento aislado dentro del calendario de desempeño. Hoy, dar feedback efectivo es una competencia fundamental para los líderes de talento, ya que no solo impacta en el desarrollo individual, sino que también influye directamente en la percepción interna y externa de la organización.

Retroalimentación basada en resultados: más allá de la opinión

Una retroalimentación bien hecha tiene el poder de generar claridad, fortalecer vínculos y alinear expectativas. Pero para que realmente sea útil, debe estar basada en resultados concretos y no en impresiones vagas. Cuando los líderes de talento vinculan el feedback con los datos objetivos que arrojan las evaluaciones de desempeño, la conversación cobra sentido: ya no se trata de una opinión, sino de una oportunidad para impulsar mejoras reales.

Técnica clave: el modelo SBI

(Situación – Comportamiento – Impacto)

Aquí es donde entra en juego el uso de técnicas estructuradas como el modelo SBI, una herramienta sencilla pero poderosa. SBI responde a tres elementos clave: Situación, Comportamiento e Impacto. Al describir con precisión cuándo ocurrió algo, qué hizo la persona y cuál fue la consecuencia, se elimina la ambigüedad y se fomenta una comunicación clara. 

Por ejemplo: “En la reunión del martes (Situación), tomaste la iniciativa para presentar el plan de acción (Comportamiento), lo que ayudó al equipo a organizarse más rápido (Impacto)”.

Esta estructura no solo guía al líder al momento de dar retroalimentación, sino que también le da al colaborador un marco claro para entender qué se espera de él o ella.

Lo que se debe evitar: errores comunes al dar feedback

Sin embargo, no basta con aplicar una técnica. Muchos lideres bien intencionados cometen errores comunes que debilitan el impacto del feedback. Ser demasiado general, enfocarse solo en lo negativo, dar retroalimentación en momentos de alta tensión o no abrir espacio para el diálogo son prácticas que pueden minar la confianza. La retroalimentación no debe ser una descarga de información, sino una conversación bidireccional donde también se escuche y se comprenda.

De evento anual a hábito continuo

Además, uno de los grandes retos para las organizaciones hoy es romper con la idea de que el feedback debe reservarse para una reunión anual. Los colaboradores evolucionan constantemente, y esperar un año para recibir comentarios sobre su desempeño es tan ineficiente como desconectado de la realidad del trabajo actual. Por eso, cada vez más empresas están impulsando esquemas de retroalimentación continua, donde estas conversaciones se integran en los momentos cotidianos del liderazgo: reuniones uno a uno, cierres de proyectos o incluso interacciones informales.

Al adoptar esta dinámica más ágil, no solo se mejora el desempeño en tiempo real, sino que también se fortalece el vínculo entre líder y colaborador. Las personas sienten que su crecimiento importa y que están siendo acompañadas en su desarrollo, no evaluadas desde una distancia fría.

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La percepción externa también se construye desde adentro

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Otro punto que no puede pasarse por alto: la conexión entre lo que se vive dentro y lo que se proyecta hacia afuera. La forma en que una organización evalúa y comunica el desempeño de su talento influye directamente en cómo es percibida por el mercado laboral. Una empresa que apuesta por conversaciones constantes, claras y humanas envía un mensaje poderoso: aquí las personas importan. Esto construye reputación, atrae a nuevos perfiles y refuerza la marca empleadora.

Liderar con feedback:

una tarea estratégica

Por eso, el rol del líder de talento no se limita a administrar evaluaciones o procesos, sino a generar una cultura donde el feedback se convierta en una herramienta de crecimiento, conexión y coherencia estratégica. No se trata de tener más reuniones, sino de tener mejores conversaciones.

En People Talent creemos firmemente que cuando los datos y las conversaciones se conectan, el talento florece. Por eso acompañamos a las organizaciones en la construcción de procesos de retroalimentación más humanos, más constantes y alineados a los objetivos del negocio. Porque dar feedback no es solo una tarea del área de talento: es una oportunidad para transformar tu cultura organizacional.

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